CAMBIO DE ESTACIÓN DE LA HUERTA: SE ACERCA EL OTOÑO.

Fiesta de colores, cambios de temperatura y de luz... me encanta el otoño y todo lo que nos trae para la huerta!

En el hemisferio sur, el 21 de marzo comienza una nueva estación y un ciclo distinto para sembrar.

Como todo inicio de proceso, si se prepara y se respeta, el éxito será mayor y, por suerte, la naturaleza es más que sabia cuando acompañamos sus tiempos.

A diferencia de las 4 estaciones del año, la huerta tiene dos grandes temporadas: otoño-invierno y primavera-verano.

Esto es muy importante saberlo y tenerlo en cuenta ya que plantar y sembrar lo que es de estación nos va a facilitar el cuidado y mantenimiento de la huerta. Y a la hora de cultivar, también nos va a permitir consumir los nutrientes que necesitamos en la época del año en la que estamos, teniendo la oportunidad de alimentarnos con verduras de estación.

Arrancando

Empezar de a poco es fundamental.

Lo primero es salir a la huerta, y tomarse un rato para observar. Este es un momento preciado y clave, porque es donde tenemos que estar atentos para ver qué plantas dejaremos y cuáles sacaremos.

En primer lugar, miramos qué de lo que vemos está sano y sigue dando frutos, porque a esas plantas las voy a dejar un tiempo más.

¿Cómo sé si una planta está sana? Tengo que mirar sus hojas, tallos y frutos. Una planta sana tiene hojas verdes, sin signos (como por ejemplo manchas), con las hojas bien abiertas y brillosas. Una planta sana nos asegura una buena cosecha en cantidad, con ricos aromas, sabores y colores.

Por otro lado, una planta enferma suele tener las hojas marchitas, decaídas, y sin brillo. Su producción es menor o, en el caso de los frutos, nula, y podemos observar signos de manchas o coloraciones atípicas de ese cultivo. Las que están enfermas o ya no estén dando frutos las vamos a sacar.

Quizás, en este proceso también te cruces con alguna planta con las  que estés en duda, en ese caso, lo ideal es podarla, sacarle las hojas enfermas o con plagas y esperar unos días para ver cómo evoluciona, y si llega a recuperarse o no. 

Así, de a poco, vamos despejando la huerta, dejando a los cultivos sanos que van a dar frutos unos días/semanas más y a los “dudosos” también.

En mi huerta, suelo dejar los tomates cherry, los pimientos y las berenjenas. Ya sé que los zapallitos redondos y los zucchinis dieron mucha producción, y no van a florecer más, por lo tanto será muy difícil que sigan dando fruto, entonces los sacó. 


En esta época muchos me preguntan: ”¿qué hago con el zapallo?”.  La realidad es que ocupa mucho espacio y es super invasivo pero, si tiene frutos,  yo recomiendo dejarlo.Para saber cuando el zapallo está listo para cosechar, es importante  mirar cómo está el pedúnculo (tallito que une el fruto con la planta): si está verde, todavía está mandando nutrientes al fruto, pero si está marrón, te recomiendo cortarlo y dejar que los zapallos terminen de madurar en un lugar seco, con buena aireación y sin sol directo.

Luego de la observación, la planificación 

Ya observaste, limpiaste y despejaste, ahora se viene la etapa de planificación.

¿Cómo me gustaría que sea mi huerta? A veces queremos de todo y nos mareamos pero a mi me sirve pensar qué verduras tengo siempre en esta estación en la cocina. Recordá que la huerta es productiva todo el año!!!


Por ejemplo, en otoño- invierno podemos cultivar:

  • acelga

  • lechuga

  • espinaca

  • cebolla

  • puerro

  • repollito de brusela

  • rúcula

  • brócoli

  • repollo

  • coliflor

  • haba

  • arvejas

  • kale

  • rabanito

  • remolacha

  • zanahoria

  • radicchio

  • radicheta

  • perejil

  • cilantro

  • hinojo

  • apio

Manos a la Tierra

Con la planificación hecha, podemos avanzar en la preparación del suelo. Importante: la vida de la tierra se concentra en los primeros 20 cm de la superficie, por eso es fundamental trabajar con cuidado y las herramientas adecuadas para proteger al máximo la zona a sembrar. 

Existen miles de técnicas para trabajar la huerta, como el “no digg” (técnica de no laboreo) o la doble excavación profunda, entre otras. A mi me resulta útil usar una técnica intermedia que se basa en remover la tierra con cuidado para airear el suelo. Aquí se pueden utilizar layas, azadas u horquillas, impulsando a los microorganismos a aumentar su actividad. De esta manera también favorecemos el drenaje, eliminamos las malezas, y controlamos los patógenos del suelo. Igualmente, recomiendo elegir la técnica más eficaz para cada uno.

Una vez que removemos y aireamos el suelo, pasamos a desmenuzar los terrones grandes y nivelar la tierra dejándola casi lista para sembrar y plantar.

Y digo “casi” porque antes la tenemos que alimentar.

El otoño es una estación súper importante para abonar el suelo. Después de la temporada de verano, donde las plantas consumen muchos nutrientes para darnos frutos, es necesario devolverle al suelo lo que le “quitamos” y volver a darle vida para los próximos cultivos que vendrán.

Al sumarle abono a nuestro suelo, estamos imitando a la naturaleza, incorporando materia orgánica que de a poco se va a descomponer y volver a la tierra.

Hay muchas formas de abonar el suelo, yo uso y recomiendo todos aquellos que sean de origen natural que nos permiten mantener vivo el suelo y los micro y macro organismos que allí habitan y además, porque después esos cultivos los vamos a consumir. 

Los abonos que elijamos pueden ser líquidos o sólidos. Los líquidos, suelen absorberse y estar disponibles para las plantas de forma inmediata, mientras que los sólidos tardan en ser absorbidos.

Ejemplo de Abonos sólidos: abono verde, compost, humus, bocashi, etc.

Ejemplo de Abonos líquidos: té de compost, té de bocashi, humus líquido, té de plátano

Los abonos que elijamos pueden ser líquidos o sólidos. Los líquidos, suelen absorberse y estar disponibles para las plantas de forma inmediata, mientras que los sólidos tardan en ser absorbidos.

Ejemplo de Abonos sólidos: abono verde, compost, humus, bocashi, etc.

Ejemplo de Abonos líquidos: té de compost, té de bocashi, humus líquido, té de plátano.

Y ahora sí, a sembrar!!!

Podemos avanzar en una siembra directa o en almácigo, dependiendo de la hortaliza a cultivar.

La densidad/ cantidad de semillas que vamos a sembrar depende del tamaño de las mismas, del tipo y tamaño de planta y el método de siembra. Por otro lado, la profundidad de siembra se recomienda que sea dos veces el tamaño de la semilla.

Siembra Directa/ Siembra en Almácigo

La siembra directa es cuando colocamos las semillas directo en el suelo previamente trabajado. Se realiza con aquellas plantas que no les gusta el trasplante o aquellas que se desarrollan mejor cuando usamos este tipo de siembra. Por ejemplo, la zanahoria debe ser de siembra directa para que sus raíz pivotante crezcan de forma adecuada.

Mientras que la siembra en almácigo es para aquellas plantas que soportan bien el trasplante y requieren buenos cuidados en sus estadios iniciales. Las semillas se colocan en un recipiente para quedar bien protegidas durante el periodo crítico de la planta, que suele ser durante los primeros meses.

La ventaja de los almácigos es que nos permiten adelantar el tiempo armando los plantines mientras la huerta está ocupada por otros cultivos. El brócoli, acelga, lechuga son buenas opciones para hacer siembra en almácigo.

Algo que yo hago mucho es sembrar todas las semanas lechuga en almácigos y así obtener lo que se llama una cosecha escalonada: es ideal para cosechar todos los dias lechuga de la huerta!

Por último, pero no menos importante, es aconsejable tener en cuenta tres técnicas para una buena producción: asociación de cultivos, rotación de cultivos, y una buena biodiversidad plantando aromáticas y flores.

La asociación de cultivos es la combinación de plantas en un mismo espacio. El objetivo es que las plantas no compitan entre sí, sino que se complementen.

La rotación de cultivos consiste en ir cambiando los cultivos de lugar año tras año para que no se absorban siempre los mismos nutrientes y así prevenir plagas y enfermedades.

También plantar flores y aromáticas en la huerta nos ayuda a atraer insectos benéficos como los polinizadores, y depredadores de plagas. Estos son claves no solo para que se formen los frutos, sino que también para prevenir las plagas!

Como habrán leído, son muchas cosas a tener en cuenta a la hora de hacer el cambio de estación de la huerta. Por eso, recomiendo comenzar de a poco, respetando y cuidando cada paso, y con tiempo para disfrutar de las tremendas oportunidades que nos da la madre tierra. 

Y tal les anticipé, la huerta es productiva todo el año, pero siempre y cuando cultivemos de estación!

Les comparto dos imágenes de una misma huerta con dos meses de diferencia.

¡Animate! En el compost no hay grandes errores, la naturaleza es realmente sabia!

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